lunes, 18 de marzo de 2013

Gritos

Un cuarto vacío. Yo estoy en el, sentada en una esquina con mis ojos bien abiertos, buscando algún motivo para calmarme, para tener un minuto de silencio, de paz. Empiezo a sentir golpes sobre las paredes, sobre el techo, sobre el suelo. El piso se mueve y caen piedras desde el abismo que me rodea pero grito, porque duele, porque lastima. Comienzo a correr pero la habitación se va cerrando hasta que me aplasta y se me va el aire. Aparezco en un laberinto, sin sol, sin nubes, sin nada fuera de el. Las ramas secas que forgan los pasillos respiraban. Es como si me estuvieran observando. Me pierdo. Era un laberinto sin final, sin salida. Me atrapa y me envuelve en su soledad. Respiro profundo y comienzo a caminar por los oscuros pasillos pero por mucho que me mueva siento estar en el mismo lugar. Vuelvo a escuchar ruidos. Una mano me atrapa y me arrastra bajo tierra, grito. Pido ayuda pero nadie me escucha. Siento como algo se arrastra por mi cuerpo pero no por fuera, sino por dentro. Pienso que es un sueño y cierro los ojos. al abrirlos aparezco en mi cuarto, acostada en mi cama, tranquila, pero confundida. La lampara en mi mesa de luz comienza a titilar y la ventana se abre. Sopla el viento y se escuchan voces agudas mientras una sombra entra por la ventana y se acerca hacia mí. Las paredes gritan, los vidrios se golpean entre si y el piso cruje. La poca luz que queda se apaga. Me tapo con las sabanas pero, ¿De que sirve? Si no me protege, pero me siento protegida. Una cuerda pasa por mi cuello. Cierro los ojos fuertemente hasta que me duelen los parpados. Me quitan las sabanas. La soga me aprieta. Abro los ojos y miro hacia abajo. Estaba sobre el aire. Al mirar para arriba veo la rama de un árbol, y una soga atada a él. Noté que esa misma soga apretaba mi cuello. Y en ese momento me di cuenta. Estaba muerta. Colgada a aquella rama, seca, sin vida, a punto de romperse. Intento gritar, pero no tiene caso. Mis labios no dejan salir ningún sonido, y cada pedido de ayuda es inútil. Aunque logro gritar en silencio, ninguna persona me escucha, solo los pájaros que vuelan cerca mío logran compartir mis lamentos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario